Silvio Berlusconi dijo el otro día que los Centros de Identificación y Expulsión italianos "parecen campos de concentración". El 7 de mayo, Italia inició el bloqueo naval de inmigrantes gracias a un acuerdo con Libia, y ahora los emigrantes que intentan alcanzar las costas de Sicilia están siendo devueltos a Trípoli. Libia no ha firmado la Convención de Ginebra sobre derechos humanos, así que es fácil imaginar cómo serán los centros en tierra de Gaddafi. Christopher Hein, director del Comité Italiano para los Refugiados (CIR) los ha visto. Calcula que hay al menos 8.000 personas retenidas sin garantías en 40 centros, aunque él sólo ha podido visitar 10. Hein (Alemania, 1945) pide a Europa que abra canales migratorios para acabar con el tráfico de seres humanos y detener las 13.000 muertes (oficiales) que se ha cobrado el Mediterráneo desde 1998.
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