El viejo romance entre Silvio Berlusconi y los italianos navega hacia un final impredecible. El Noemigate abrió las alcantarillas hace un mes y medio, las fotos prohibidas de Antonello Zappadu ilustraron el ambiente, y hoy el fango rebosa sin censura por todas partes menos por una: el expresivo silencio de las televisiones controladas por el primer ministro, más conocido tras la desafortunada frase de su abogado como el "usuario final".
Articulo completo: ELPAIS.com
domingo, 21 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario