Las dos últimas víctimas de la explosión del tren de mercancías que descarriló el lunes en Viareggio, en la provincia italiana de Lucca, tenían tres y dos años y medio. Ambos niños fallecieron ayer por las quemaduras causadas por el accidente. Se eleva así a 16 el número oficial de muertos. Pero el balance podría empeorar, ya que hay otras 12 personas ingresadas en estado muy crítico y otra está desaparecida.
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jueves, 2 de julio de 2009
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